Cómo interpretar un análisis de suelo y acertar con la fertirrigación
- Posted by Proin
- On julio 23, 2018
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Un análisis de suelo es una montaña de datos que, sabiéndola interpretar, nos ayuda muchísimo a la hora de tomar decisiones con la fertirigación.
Más que el contenido en materia orgánica, pH y conductividad eléctrica, saber interpretar o tener tablas donde conocer los valores medios de cada parámetro, puede ayudar a garantizar un suelo totalmente fértil donde cualquier planta crezca al máximo de su expresión genética.
De lo cuantitativo a lo cualitativo
Un suelo apelmazado, con bajo desarrollo radicular, alto en sodio, etc., son situaciones que vivimos día a día en muchas fincas, sin a priori poner solución o conocer radicalmente de dónde viene el problema.
Muchos de estos datos «están escondidos» en un análisis de suelo completo y por eso en este artículo os vamos a ayudar a poner solución al origen de numerosos problemas de la agricultura moderna.
Valores de fertilidad y desarrollo microbiológico
En cualquier análisis de suelo, incluido los simples, podemos encontrar estos 3 parámetros que nos dan un aspecto general de la situación físico-química de un suelo desde el punto de vista de estructura y desarrollo microbiológico.
Son estos 3 parámetros:
Materia orgánica:
Un parámetro muy fácil de analizar y que nos ofrece datos interesantes como la disponibilidad de nutrientes (nitrógeno, potasio, calcio, etc.), que hace aumentar la relación C/N de un suelo y que mejora las propiedades físicas de un suelo, aumentando la retención de humedad, la temperatura, la esponjosidad, etc.
Además, es una forma sencilla de aumentar la capacidad de intercambio catiónico o complejo de cambio de un suelo. En resumen, aumentar la despensa del suelo.
Valor medio % materia orgánica: 1,5-2,5%
Relación C/N (carbono/nitrógeno)
El volumen de carbono en relación al nitrógeno disponible. A niveles normales de nitrógeno (nos lo dará el parámetro de nitrógeno total), conocer el nivel de desarrollo microbiológico que transforma la materia orgánica y los restos vegetales en azúcares, carbohidratos y, en general, compuestos ricos en carbono.
Un exceso de carbono supone un riesgo de baja demanda de nitrógeno en suelo o alta mineralización de materia organica. En cambio, un nivel bajo, indica alta presencia de nitrógeno y bajo nivel de microorganismos, que pueden dificultar la descomposición de nitrógeno y producir fitotoxicidades en raíz.
Valor medio C/N: 8.5-11.5
Complejo de cambio
El complejo de cambio está formado por la acumulación de 4 cationes, que se acumulan en el complejo arcillo húmico. Cuanto más grande sea, más capacidad de almacenamiento tendrá, siendo positivo para el suelo y para la planta.
Sin embargo, no prevalece la cantidad sobre la calidad, y se deben respetar unos porcentajes máximos y mínimos para cada elemento.
Por orden de importancia (%), deben formar parte del complejo del suelo estos elementos al siguiente nivel:
- Calcio: 40-80%
- Magnesio: 10-30%
- Potasio: 2-6%
- Sodio: 0,5-3%
Relación de nutrientes solubles en suelo
Además, un análisis de suelo incluye la medición de elementos solubles y, por tanto, asimilables por las raíces de las plantas. Son parámetros de concentración que nos determinan la capacidad del suelo de alimentar a la planta.
Algunos de ellos, como el nitrato, es un parámetro que varía bastante según el % de lixiviación o la capacidad de absorción de la planta.
Valores aconsejables (meq/L) para un suelo tipo medio:
- Cloruros: 5-18 meq/L
- Nitratos: 2-8 meq/L
- Sulfatos: 5-35 meq/L
- Calcio: 11-25 meq/L
- Magnesio: 6-14 meq/L
- Sodio: 4-17 meq/L
- Potasio: 1-5 meq/L
- Boro: 0.5-2 meq/L
Lo importante en un suelo es asegurar que la mayoría de estos valores se encuentren dentro del rango medio. En el caso de cloruros y sodio, cuanto más bajos mejor.
Si un parámetro está por debajo, se debe asegurar una nutrición constante y una recuperación de las reservas para la futura campaña, ya sea en base al abonado de fondo o bien mediante la incorporación de materia orgánica.
Esta última, aparte de garantizar una mejora física del suelo, también aporta cantidades moderadamente importantes de nitrógeno, potasio, calcio, microelementos, etc.
Por supuesto, el uso adecuado de productos de calidad, sin aportes excesivos de conductividad, presencia de cloruros o sales innecesarias, mejora a la larga las características del suelo, permitiendo conseguir más por menos.
Más tarde, profundizaremos en cada uno de los elementos medibles y aportaremos soluciones para su corrección.
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